El Cerro de San Cristobal guarda en sus entrañas un patrimonio arqueológico incomparable: de la minería de épocas tartésicas recorremos la historia en sus restos entre destellos romanos y casitllos árabes.

La dehesa esconde multitud de villas romanas, algunas están escabadas, otras permanecen enterradas esperando su descubrimiento.
De esta época afloran numerosos restos entre los que también hay inscripciones funerarias.