Ayuntamiento de Berzocana

SOBRE LA BEATA MENESES, LA SIERVA DE DIOS.

 

Vamos a hablar de la Sierva de Dios María de Meneses y Orellana, hija de D. Miguel de Meneses y Orellana y Doña Florentina de la Torre. Libro de Bautismo 4 folio 42-26-11-1.628. Libro de Difuntos 1 folio 100-9-9-1.668. Su tía Doña Rosa María de Meneses y Orellana casada con D. Alonso Matías de Obero y Quesada dirigen una carta al Sr, Obispo de Plasencia D. José Gregorio de Rojas, el cual encarga a D. Diego Gemiz de Chirino y Cabrera Abad de Cabañas, por ante notario de su confianza reciba información de los testigos presentados por D. Alonso Matías de Obero y Quesada y los que Juzgaron conveniente pare averiguar el augen Virtudes, Santidad y Milagros de Doña María de Meneses (María del Niño Jesús) y que hecha la información se cierre y se mande al Obispado con facultad pare ligar o absolver, así lo proveyó, mando y firmo su Ilma. de que certifica José Gregorio Obispo de Plasencia- ante mi Lido. D. Fulgencio del Cerro, secretario.

En la Villa de Berzocana de S. Fulgencio a 27 días del mes de mayo de 1.707 el abad de la Abadía de Cabañas fue requerido por parte de D. Alonso de Ebero regidor de la ciudad de Trujillo como notario y autoridad apostólica ordinario por el Sr. Obispo D. José Rojas de Plasencia, y le manda comience los interrogatorios autos y diligencia que se ofrecieran.

Doy fe Sr. Diego Gamir Hirino y Cabrera.- ante mi Fulgencio Fernández.

El mismo día el Abad hace saber lo antes dicho, presentaba el interrogatorio para que por el se examinaran los testigos y me lo entrego. Doy fe.- Fulgencio Fernández.

INTERROGATORIO:
1º ) Por el conocimiento de la dicha Sierva de Dios digan;
2º) Si saben era hija legitima del matrimonio de D. Miguel de Meneses y Orellana y de doña Florentina de la Torre su mujer y vecinos de la Villa de Berzocana.
3º) Digan si la Sierva de Dios sus padres abuelos y demás ascendientes han sido habidos y reputados por Cristianos viejos y por caballeros hijosdalgos de sangre, gozando sus fueros y exención y el distintivo de nobles que hay en la dicha Villa de Berzacana.
4º) Digan, si saben, si en el tiempo que vivió la dicha Sierva de Dios, ejercitó abstinencias, mortificaciones, obras de caridad y alivio y obvian culpas y ofensas a la Majestad divina con su ejemplo, enseñanza y buenos consejos sin vanidad ni jactancia propia sino con mucha humildad y santo temor de Dios Nuestro Señor.
5º) Digan, si saben, de que edad la toco la mano del Santísimo para la perfección de su vida. Cuanto tiempo vivió conservándola íntegramente en ella y que cosas particulares, mediaron en el discurso de su vida.
6º) Digan si saben fue atormentada del enemigo común y la resignación con que llevaba los trabajos, cuantos años de la continuación y en que forma.
7º) Digan si saben con que personas trataba y comunicaba de ordinario y en que ejercicios no empleaba con ellas como lo vieron o vieran.
8º) Digan, si saben celebraba cada año la festividad del Dulce nombre de Jesús con sermón y misa solemne dando su víspera limosna de pan y otras cosas a todos los que se llegaban por ella a honra y gloria del Santísimo Niño de quien fue sumamente devota y que cosas sucedieron en ese tiempo.
9º) Digan, si saben, el año en que murrio dicha Sierva de Dios y que cosas particulares sucedieron en su muerte y después de ella y cuanto tiempo estuvo el cuerpo sin sepultura y si hubo o no corrupción con el calor que hacía y que aclamación publica tuvo al tiempo de enterrarse.
10º) Digan si es público y notorio, publica voz y fama y común opinión en que murió y esta así en esta Villa como en los lugares circunzanos, digan en esta y les demás preguntas con la claridad que conviene a materia tan grave pare crédito de la verdad.
Auto Digan D. Alonso Matías Obero y Quesada, por presentada en cuanto da lugar al penitente y al tenor del, se examinen los testigos que esta parte presentare; mandolo su merced el Sr. D. Diego Gamiz Chiriano y Cabrera juez en esta cause en virtud de la Comisión del Ilmo. Sr. e. José Gregorio de Rojas Obispo de Plasencia, en esta Villa De Berzocana de S. Fulgencio a 27 del V de
1.707 año y lo firmó el Abad ante mi Fulgencio Fernández, notario.

1º TESTIMONIO: En la Villa De Berzocana de S. Fulgencio a 7 de mayo de 1.707 ante su merced el Abad se hizo presente D. Alonso Matías y para la información que pretende traer presentó al Lido. D. Diego Muñoz del Valle cure Recta de la Parroquia de S. Juan Bautista de esta Villa de quien su merced recibió juramento en forma de derecho y el le hizo in verbo sacerdotes facto pectores, cargo del cual prometio declarar verdad y siendo preguntado dijo lo siguiente: Que trace 45 años que reside en dicha Villa y que conoció a Da- María de Meneses y Orellana, por trato y comunión y notoriedad de su virtud, viviendo en dicha Villa en estado de doncella honesta y recogida. Preguntado por las preguntas generales, dijo ser de edad 65 años y que no es pariente ni le toca ninguna de las preguntas generales de la ley que le fueron hechas.
A la 2a y 3a responde afirmativamente. Que sabe que antes de ejercer el oficio de Párroco de dicha Villa dicha Da María de Meneses y Orellana, la conoció de vista, trato y comunicación ser virtuosa, ejemplar caritativa y celosa inclinada sumamente al ejercicio de las virtudes, ayunos, disciplinas, confesiones y recepción de la Santísima Eucaristía, por haber visto frecuentar cotidianamente los dichos sacramentos, visita de cruces, Vía crucis todos los días, consuelo y refugio de enfermos, consuelo de afligidos, dirección al Sto. Temor de Dios, induciendo con sus obras y palabras a otras personas al mismo fin, no solamente en esta Villa, sino en los lugares circunvecinos, ejemplo de toda virtud, atrayéndoles a su mayor bien por medio de sus loables costumbres consultándolas no solo en este Obispado, sino fuera del y llegando su fama a la Corte de nuestro Católico Rey: Este declarante asistiéndola como su Padre Espiritual, obtenido ya el oficio de Párroco de dicha Villa, recibió muchas cartas y misivas dirigidas a dicha Da María de Meneses del Sr. Conde de Oropesa y del Sr. Duque de Vejar D. Francisco Espínola y del Sr. Conde de Talayuela y la Duquesa de Alvaro, los cuales le hicieron diversas consultas y en todas acertó los sucesos venideros, que lo acreditó la experiencia, pues el Sr. Conde de Oropesa, hallándose sin sucesión legítima se valió de sus oraciones y por ellas le prometio (con el favor de Dios) sucesión muy dilatada, cuya carta paso por las manos del declarante y al cabo de un año mas o menos tuvo sucesión y continuó hasta 5 hijos que al presente tiene. Estando el Sr. Duque de Vejar en el sitio de Puda, su tío que se hallaba en la Corte de Madrid, la escribió diciendo se hallaba en gran confusión sobre si era muerto el Duque o no, a lo que respondió la Sierva, la mala nueva siempre es cierta. Y así sucedió muriendo en dicho sitio.
Y lo mismo sucedió a las demás consultas que se le hicieron, que pasaron por mano del declarante y salieron verídicas, pues mediante las oraciones de su Sierva de Dios, su Divina Majestad aceptaba sus suplicas. Y certifica el declarante, que habiendo muerto su Padre, renunció a su legitima y la casa de sus padres, distribuyendo parte de sus bienes a los pobres y la otra parte a un hermano suyo, y ella se retira a una casita estrecha inmediata a la Iglesia, que hoy se venera con gran veneración, no permitiendo que entre otro morador en ella por veneración con que toda la Villa la tiene. Así mismo vio y conoció que todos sus ejercicios, obras y virtudes eran dirigidas antes por su antecesor Lido. Martín Cano Giménez como su Padre Espiritual. Que vid y sabe que siendo la dicha doña María de Meneses de edad de 15 o 16 años, la llamó el altísimo para esposa suya tocado su corazón con repetidas inspiraciones y cooperando a ellas vivió hasta su muerte que fue el 9 de septiembre de 1.686 con toda perfección, pues aunque siempre virtuosa, desde su tierna edad su vocación especialmente se eleva a singularísima perfección y virtud, pues después de muerto el Lido. Martín Cano que era su confesos, le pidió el declarante gobernase su espíritu y como se resistiese confesándola todos los días, le manifestó que era la voluntad de Dios que lo fuera y desde entonces lo acepto y estando como Padre Espiritual era tanta su humildad de esta Sierva de Dios, que entrando un día en su casa vio encendida una gran hoguera en que quemo todos sus papeles y consultas que de diversas partes con sujetos doctos se habla comunicado con el fin de ocultar la aclamación pública, que tenía de su mucha virtud y siendo reprendida por el declarante, respondió que merecían ser quemadas las memorias de sus maldades. Y contesto con semblante alegre y manteniéndola un año mas o menos (con el ejercicio de todas las virtudes en grado heroico y otros ejercicios que por voluntad de Dios y permiso suyo le daban los demonios como después escribiere su vida y repetidamente el declarante se lo negó, aunque le dijo que sus compañeros los ángeles se lo mandaban, y aunque deseaba dárselos, no la concedió hasta que con inspiración a Dios, cuando más descuidada estaba la mando escribir, comenzando por su vida, lo que ejecutó con pronta obediencia, y escrita tuvo por mandato de Dios (por medio de los ángeles con locución intelectual) que escribiera sobre el Apocalipsis, sobre los Cánticos, sobre la vida de Cristo Señor nuestro, algunas cosas que escribieron de los Sagrados Evangelistas y últimamente su tratado de La perfección del estado sacerdotal, y para todo la concedió licencia y aun le dio papel y pluma y este mandato sabe lo tuvo de Dios y que terminaba la materia de un trabajo se le ordenaba escribir otro y sabe escribir sin saber lo que escribía sin darla lugar a que viese lo que escribía pues escribió el espíritu elevado y solamente escribió en los ratos desocupados, de los demás ejercicios de virtudes sobre el declarante, que todo el tiempo que la gobernó que fue desde principio de 1.676 hasta que murió que fue a los 9 años y 9 meses, cada día crecía en virtud y conocimiento de altísimos misterios y así en este tiempo como con antecesores confesores, todos los días ayunaba, siendo su comida unas veces pan y agua otras veces unas hierbas cocidas sin aderezo alguno, a no ser que el declarante y por obediencia de su casa la llevara guisada comida aderezada según el accidente y llegó a tanto su abstinencia y perfección en la Virtud, que se me conoció ser voluntad de Dios que ni unos huevos pudiesen pasar a su estomago ni carne ni sucedáneo de carne, recibiéndolos la Sierva por obediencia. Ardía tanto su corazón en amor divino y devoción de la Santísima (sacramento no solo estando en salud sino también estando enferma) Eucaristía que todos los días se reconciliaba y recibía el Santísimo Sacramento no solo estando con salud sino también estando enferma: y sucedió que viniendo a dicha Villa de visita el Ilmo Sr D José Giménez Samaniego, Obispo de Plasencia con noticia que tuvo de la frecuencia cotidiana de la Sagrada Comunión estando enferma en su cama, llamó al declarante por dos veces y le examino la virtud de esta Sierva de Dios y le dio orden para solo dos veces por semana la diera la comunión en atención a la reverencia que se debe al Santísimo, cuyo mandato dio esta declarante a la Sierva de Dios, la cual le abrazo con rendida y profunda obediencia, mas sucedió que al día siguiente (estando totalmente impedida en la cama por mucho tiempo por los muchos dolores que padecía y tormentos que los demonios la daban por permisión divina, como se diría en la pregunta siguiente, y suma debilidad de sus Miembros, llegado el declarante a su puerta y entrando en su dormitorio vio no en la cama y levantando los ojos reconoció estaba en su dobladillo alto, preguntándola que hacía y como se había podido levantar de la cama estando tan impedida, respondió: Que sus compañeros los Santos Ángeles la habían vestido y se estaba ensayando a andar para ir a la Iglesia a recibir a Nuestro Señor Sacramentado y así lo hizo, caso que tiene el declarante como milagroso- y después de haberse reconciliado y haber recibido Nuestro Sagrado, dado gracias y oído la Misa se vino a case y la volvieron a su cama los Ángeles, continuando los deberes hasta no poderse mover en la cama por la extreme debilidad. Y este milagro se produjo por muchos días hasta cuatro o seis de su muerte, y así de esta manera le dijo la Sierva de Dios se había cumplido con la Voluntad Divina y el precepto del Superior. Así mismo vio el declarante se esmeraba la Sierva de Dios en la caridad y misericordia con los enfermos y pobres, pues veía que aunque estaba enferma, lo que las personas de alrededor y de la Villa la daban, pues la querían, lo distribuía a pobres y enfermos y cuando no tenía pare dar limosna lo pedía para ayudar a los que tenían necesidad y cuando murió su cama y vestidos los mandó a los pobres, que era lo único que tenía. Todos los días hacía el Vía Crucis y convocaba a muchas personas a este mismo ejercicio. Era tan amante de la Paz y la Unión que cualquier discordia que habla solicitaba la reconciliación y por ardua y dificultosa que fuera la situación al punto se reconciliaban por el respeto con que todos la miraban. Conoció también ser muy celo a del Culto Divino, estaba en la Iglesia desde la mañana hasta el mediodía y esto todos los días y sobretodo el tiempo que el declarante la conoció y por las tardes acostumbraba casi todas, las empleaba en la oración y la vio el declarante muchas veces en elevado espíritu especialmente después de recibir la Sagrada Comunión y se retiraba- cuando daba lugar al espíritu a la parte mas oculta de la Iglesia, detrás de un poste en que se apoya el púlpito. Para no perder el silencio y respeto en Iglesia, Dios la concedió no oír nada en la Iglesia aunque fuera de la Iglesia luego recobraba el oído. Esto sucedió ocho años antes de su muerte. Vio el declarante que no pudiendo hacer nada por su debilidad y sus dolores los Santos Ángeles la daban fuerza para coser las cosas de la Iglesia, aderezos de corporales y ramilletes de flores para el adorno de la iglesia, caso que para el declarante era milagroso. Vio y experimentó el declarante la reverencia al Estado Eclesiástico y con semblante severo reprendió a las personas que hablan de ella con poca decencia y les decía que solo Dios tocaba y a los ministros superiores la reprensión del Sacerdote y especialmente en la virtud de la religión se expresaba con celo muy ardiente. Así mismo sobresalía su virtud en acérrima penitencia, ejecutaba además de los ayunos y los tormentos que la daban los demonios, su cuerpo parecía una estatua de huesos. Todos los días tenía disciplina de Sangre que a veces regaba la tierra. Llegó a subir tan de punto su espíritu que parecía había perdido el ser de carne, pues hubo ocasiones que siendo en gran numero, no sentía dolor. No encontraba dolor en ninguna parte de su cuerpo durante los últimos días de su vida. En todo el tiempo que el declarante la gobernó hacía ejercicios poniéndose en cruz a imitación de Cristo y la notó unas veces con fuego ardiente y otras con suma frialdad que eran causados por los demonios, Sabe el declarante que conservaba su virginidad.

CARTA DE LA SIERVA DE DIOS:

Jesús, María y José sean en su alma.
Padre y Señor mío y de su Divina Gracia paciencia, fortaleza y conformidad con la divina voluntad tenga nuestro Señor por su inmensa bondad y misericordia al alma del Vicario en el cielo y a vuestra misericordia y sus hermanos las consuele y de mucha vida.
Ha poco tiempo de como murió tuvo aviso de su muerte pidiéndome que le encomendase a Dios, aunque no di crédito de todo, luego empece a ofrecer indulgencias por él y súplicas a Dios, porque temo le haya menester. V.m. apriete las manos por sí y por otras personas, que, como el estado de Sacerdote y cura de almas pide tanta pureza y vigilancia, castigaría rigurosamente lo que falta, y así cuenta con la cuenta, no se desconsuele de veras con la penuria. En el beneficio de quien es se la cargó (si conviene se la aliviara) todo lo que su hermano debiere y no repare en vender su legitima para esto que Dios se la dará a V. m. por otro cabo y no de cuñados, sino hágalo por sí.
Señor mío paso con mi ánimo adelante hallándome muy bien. Bendito sea el Señor por toda le eternidad.
Escribí al P. Fray Marcos como V. m. me mando y viene en que prosiga con esos ayunos, que el no comer más de una vez cada día es el perfecto, y no como ya legumbres, sino lo que V.m. sabe que no me hace mal, lo mas ordinario y pan.
Indigna Sierva de V.m.

María del Niño Jesús.

No tiene fecha, doy fe.

Y sucedió que teniendo muchas deudas el dicho Vicario, el declarante, en virtud de la dicha carta, mentalmente ofreció a Dios satisfacer las deudas, mas este concepto no se le manifestó a la Sierva de Dios y habiendo vuelto el declarante de la Villa de Cabezuela donde murió el hermano a esta de Berzocana, pasados unos días le dijo la Sierva de Dios que convenía hiciera viaje a su sierra ocultando la causa y con esta insinuación sin replicar lo que ejecutó el declarante, no sabiendo a donde iba. Con el concepto que tenia de la gran virtud de la Sierva de Dios, dejó guiar la caballería a su arbitrio; pasado el puente de Almazar, al dividirse el camino con noción interior que tuvo, la caballería se metió por una vereda a Serrejón que pasa a Plasencia, y llegando a esta ciudad habló a sus cuñados y herederos de dicho Vicario, firmando concurso de acreedores de la hacienda de dicho Vicario a que salió el declarante, y persuadió a dichos cuñados no lo ejecutasen y verbalmente les ofreció satisfaría las deudas y con esto se volvió a la Villa de Berzocana.
Considerando el declarante no tener obligación teológica de cumplir lo prometido, pues su legitima y la de su hermano no eran suficientes para pagar la deuda. Después de tomar esta resolución la Sierva de Dios, se fue a confesar pero se quedaba muda en la confesión y aunque le daba la comunión se dio cuenta que fuera de la confesión no tenía impedimento pare hablar. Se lo pregunto a la Sierva y ella le dijo que no lo sabia, entonces la mando preguntase a quien lo impedía, pues si era voluntad de Dios que el no corriese con su dirección que desde luego se separaba de su cargo. Al día siguiente al confesarse le dijo que ya sabia la causa y fue que se hallaba Dios ofendido, porque habiéndose ofrecido satisfacer la deuda de su hermano, no-solo no lo había cumplido, sino retrocedido en dicha promesa, y esta era la cause de quedarse muda en la confesión. Al punto decidió cumplir lo prometido y satisfacer sin dilación y las dichas deudas, quedo libre y la pudo administrar el Santo Sacramento esta vez y todas las demás.
Habiendo liquidado las deudas el Jueves Santo le dijo gozosa la Sierva de Dios que el Ángel de su hermano le había dicho que el alma de su hermano se había salvado, y le dijo que diera gracias a Dios como ella se las daba. Todo esto lo dijo la Sierva de Dios gozosa como sin poderse contener, lo cual sucedió el año 1.678 habiendo muerto el Vicario un año antes. Y todo esto lo tomo como milagroso. También le dijo la Sierva de Dios que los Ángeles le habían dicho que por oraciones su anterior confesor estaba en el cielo y en alto grado y lo tiene el declarante por muy cierto y seguro ser así por la satisfacción de su virtud y espíritu. Así mismo el declarante vio y oyó, que estando un día en la Iglesia cantando un responso Juan Fernández, que era Sacristán de esta Iglesia, se acercó la Sierva de Dios y le dijo; que no cantase tan deprisa responsos pues los oficios de la Iglesia se debían hacer con pausa y solemnidad. A lo que respondió el Sacristán que cuando ella se muriera los cantaría con solemnidad. Respondió la Sierva de Dios con semblante risueño, ¡ay Juan Fernández!, que no se ha de hallar a mi entierro. Y así sucedió pues el día que murió la Sierva de Dios el Sacristán estaba ligado con censuras mayores y no asistió, y ni antes ni después estuvo en censuras el dicho Sacristán en toda su vida. Este caso por ser notorio en esta Villa se tuvo por profético. Así mismo sabe el declarante que un religioso que hoy se halla en el convento de Ntra. Sra de Guadalupe, este le dijo que estudiando gramática le profetizó la Sierva de Dios, María de Meneses, había de ser religioso en aquel convento. En otra ocasión sabe el declarante que un estudiante siendo castigado cotidianamente por su rudeza, le aconsejaron se valiese de D. María de Meneses que al presente se hallaba en la Puebla de Guadalupe, donde sucedió este cave y llegando a ella con muchas lagrimas le dijo rogase a Dios le diere memoria pare adelantar en los estudios y la Sierva de Dios me dijo que fuese devoto de Ntra. Señora y en reverencia a las cinco letras del nombre de María le rezase una salve, y experimentó que nunca volvió a ser castigado y en tiempo de medio año era el mejor estudiante, cuyo suceso causó admiración a vista de su rudeza y se atribuyó a la Sierva de Dios.
También es otra ocasión habiéndose muerto el padre del declarante Gabriel Muñoz, la rogó pidiera a Dios por él y a pocos días le dijo la Sierva que estaba gozando de Dios.
También se supo que en una ocasión siendo estudiante el licenciado Alonso Gil, Clérigo Presbítero, vecino de Logrosán, hallándose con una enfermedad un poco rara en la Puebla de Guadalupe, estando allí la Sierva de Dios por la fama de su virtud, se acercó a ella y le dijo pidiese a Ntro. Señor le quitase la enfermedad y la Sierva de Dios le respondió lo ejecutaría y así sucedió que no volvió a tener esa enfermedad.
También sabe el declarante que por mandato de Dios, intimando a su sierva mediante los Ángeles pare dijese a su confesor que fue el declarante remitiese todos sus escritos, al Convento de S. Jerónimo de Ntra. Sra. de Guadalupe y resistiéndose el declarante volvió por segunda vez a decir a la Sierva de Dios, no resistiera a la Voluntad Divina y que lo ejecutase con puntualidad como lo hizo teniendo por cierto lo que lleva dicho, por la satisfacción y conocimiento de su virtud.
En otra ocasión yendo de romería la Sierva de Dios con otras doncellas de esta Villa a la de Canamero a visitar a la Gloriosa Sta. Teresa de Jesús en su Ermita, estando comulgando todas, la Sierva de Dios vio grandes resplandores en los rostros de las compañeras, más refulgentes que el Sol y entre los coloquios que tuvo con la Sta. la Sierva de Dios la dió las gracias y recibió muchos favores celestiales de todo participó el declarante como su director de espíritu a que le da entero crédito.
Otra vez sucedió que teniendo hecha promesa la Sierva de Dios de visitar la ermita de la Señora Santa Lucia en el término de Solano, el declarante no quiso usar licencia y aunque lo consultó con religioso docto fue del mismo dictamen, mas los santos Ángeles la volvieron a decir que cumpliera la promesa a lo que respondió que no la daban licencia, dijeron volviese a pedirla y que si no se la daban la llevarían por fuerza pues esa era la voluntad Divina para comunicarla nueva vista en el conocimiento de sus infinitos atributos y había de ser en la dicha Ermita, y por los méritos de la Gloriosa Santa. Con esto llegó el declarante a la Sierva de Dios, pidiéndola con toda humildad licencia o al menos no se lo estorbase, respondió que no la daba, ni le permitía que fuese aquel día después de media noche; sus compañeros los Ángeles la levantaron de la cama y la vistieron con sus propias manos, ella resistiéndose con la aflicción de no tener licencia de su confesos y sin querer, la sacaron de la casa y pasó a llamar a una compañera vecina.
Teniendo en otra ocasión hecha promesa la Sierva de Dios por sí de visitar el Santuario de Ntra Señora de Guadalupe o por consentimiento del anterior confesor, el declarante no le concedió licencia, aunque le pidió repetidas veces y le dijo que esa era la voluntad de Dios, y sucedió que violentamente como en el caso anterior los compañeros ángeles con impulso Soberano la sacaron de su cama una noche antes de amanecer; habiendo sucedido antes que pasando a pedir licencia para ampliar esta promesa y diciéndole al declarante que así convenía y que tenía prevenidas unas compañeras, respondió el declarante que las despidiese y que no concedió tal licencia a lo que humildemente la Sierva de Dios obedeció y pasando a despedirlas en vez de decirlas que no iba porque no tenía licencia, repentinamente les dijo: ¡madrugar!. A cuyo suceso la Sierva de Dios quedó turbada y no pudo decir otra palabra y sin dilación pasó a la casa del declarante y le refirió lo que pasaba y de nuevo la intimó precepto para que no fuera, a que respondió, Señor, cumpliré con la obediencia, es lo que me toca; y dijo el declarante que acaso la llevaran solo las veces que quedase libre y retrocediese aunque fuese a la misma puerta de la Iglesia de dicho Santuario no habiendo escándalo a todo prometió obedecer y sucedió que al día siguiente por la madrugada sus compañeros los Santos Ángeles la sacaron de su casa con violencia suma y llevándola por la casa del declarante, dió un golpe a la ventana y le dijo adiós Señor que me llevan y a la salida del lugar la hicieron descalzar por sus manos de ella y halló a las compañeras esperándola en una Ermita del
Arcángel S. Miguel, sita en el término de esta villa y todo el camino, sin entenderlo las compañeras iba haciendo resistencia por volverse y llegando al pórtico de la Iglesia la hizo mayor y con impulso soberano la entraron los Ángeles hasta ponerla en la Capilla de Ntra. Señora a donde recibió singularísimos favores de su majestad.
Por tres días enteros estando el uno de día y de noche con sus compañeras en la dicha Capilla y con la noticia de su llegada por la fama de su virtud que tenía todo el pueblo se conmovió y cada uno representando sus necesidades y otros haciendo consultas y sabe el declarante que fue de consuelo y alivio pare todos.
Y últimamente así en este caso como en el antecedente de la romería de Sra. Sta. Lucia a la vuelta venía con libertad plena y sin impulso alguno teniendo por cierto y verdadero todo lo que lleva declarado y esto responde.
Dijo que sabe, vio y experimento que esta sierva de Dios Doña María de Meneses, llamada por imposición de los Ángeles María del Niño Jesús, fue muy atormentada de los demonios por permisión Divina, para mayor Gloria suya y méritos de su Sierva que los toleraba con invencible fortaleza, constancia y resignación y humildad pareciéndola todo poco por la Gloria de su amadísimo esposo Jesús, como individualmente diré en los casos que la pasaron.
Primeramente sabe que a poco tiempo de haberla llamado el Altísimo al estado elevado de la Perfección por fama pública oyó decir como la atormentaban los demonios y sabe que en tiempo que la gobernaba el licenciado Martín Cano, teniente de cura que fue de desta Villa, en una ocasión los demonios la arrojaron de unas gradas abajo y la quebraron las piernas por los tobillos de que padeció gravísimos dolores y mucho tiempo la estuvieron curando y conjurando hasta que conociendo que era ejercicio que Dios la daba, entonces cesaron los conjuros.
En otra ocasión, en el tiempo del dicho confesor sabe el declarante que los demonios la dieron en su cuerpo golpes y botones de fuego y cuando iba a Misa la volvieron a dar golpes dentro de la misma Iglesia y en ella la daban contra las paredes y levantándola en el aire la dejaban caer dándola golpes con las rodillas desnudas en el suelo, la arrancaban mechones de pelo de su cabeza y la retorcían los brazos y otros muchos tormentos, que todo fue publico en dicha
Villa.
Y en otra ocasión, la entraron una aguja algo larga en un muslo clavada mucho tiempo hasta que un día llamando a una cuñada mía, llamada Dña María del Oro la dijo se la sacaran y lo ejecutó con admiración mía, porque estaba oculta en la carne.
También oyó decir el declarante que los demonios en muchas ocasiones le daban bebidas venenosas diciéndola que comulgara con ellas y otros muchos géneros de tormentos, oyó decir que padecía por inducción de los demonios en dicho tiempo.
Y entrando el declarante por confesar de la dicha Sierva de Dios vio y experimentó como testigo ocular los casos siguientes: Un día después de visitar las cruces la Sierva de Dios por impulso de los demonios violentamente la sacaron al campo y la hicieron que con sus propias manos arrancase cebollas silvestres venenosas y estando el declarante aguardándola a la puerta de su casa, llegó la Sierva de Dios cargada con las dichosas cebollas y le preguntó que para que fin las quería a lo que respondió que no estaba en sus manos, que por fuerza se las habían hecho coger y conoció el declarante ser para algún sacrificio quería darla y mandó las arrojase en un rincón de la casa y pasados unos días, una tarde (Permitiéndolo Dios) hicieron los demonios que con sus propias manos de ella entrase en el fuego un cuchillo y después de hecho ascuas, la rajaron la espalda con las manos de ella (que servia de instrumento) y así mismo la hicieron machacar un conjunto de las dichas cebollas, ajos, sal, Pimientos, hecho emplasto con vinagre fuerte la llenaron las heridas, después de este suceso la Sierva de Dios se levantó y fue a casa del declarante y por una ventana le llamó diciendo fuese a su casa por amor de Dios, y ejecutándolo el declarante le pidió ella que mandase en virtud de Santa obediencia que
Pudiese quitarse lo que tenia en la espalda y lo ejecutó y vio el declarante parte de las muchas heridas al quitarse el emplasto que los demonios la habían puesto y este mismo tormento y martirio sabe el declarante la hicieron los demonios a la Sierva de Dios en otras ocasiones en todo si cuerpo reservando vientre y estómago, que es esas partes no la tocaban y las heridas sanan a los tres días sin ninguna medicina.
Y vio el declarante que en medio de todo estos tormentos los toleraba la Sierva de Dios con gozo y alegría de su espíritu y resignación a la voluntad de Dios y no saciaba d e padecer por Cristo y al declarante enseñó el cuchillo que fue instrumento de este martirio con la señal del fuego.
En otra ocasión entrando el declarante un día por la mañana a la casa de la Sierva de Dios para que fuese a Misa y recibir a nuestro Señor, respondió ay Señor que no puedo levantarme porque los enemigo me tienen cosidos los muslos con los pechos y Vd. interponga la obediencia y me de unas tijeras para que pueda descoserme y con la decencia posible se las dió y lo ejecutó, reconoció el declarante ser cierto y verdadero que los muslos tenia conjuntos a loe pechos, vio el cortar los hilos y vio que se levantó luego buena y sana con semblante risueño como acostumbraba siempre que padecía algún tormento y pasó a al Iglesia y recibió los Santos Sacramentos.
En otra ocasión entrando el declarante por la mañana en la casa de la Sierva de Dios a llamarla para que fuera a la Iglesia vio que estaba descubierta encima de su cama y en forma de cruz, la tenían los demonios atada de sus pies y manos en los cuatro remates de la cama y al punto el declarante la cubrió sus carnes e interponiendo el precepto de obediencia y la desató de los pies como los hizo y pasó después recibir los Santos sacramentos a la Iglesia.
Otro día pasando el declarante así mismo a la case de la Sierva de Dios por la mañana al mismo fin que fuera a la Iglesia no hallándola y viendo que todo lo de la cama estaba por el suelo se quedo pasmado y aunque la llamo repetidas veces nadie respondía hasta que imponiendo precepto de Santa obediencia, respondió con voz dolorida que estaba detrás de la cama sin poderse mover y acercándose el declarante la vio que la tenían desnuda solo con la camisa en la sierra con una piedra encima de los pechos que pesaría cuatro arrobas poco mas o menos, llegando el declarante desde encima de la cama a quitarla la piedra, teniéndola ya levantada se volvió a caer dándole un gran golpe encima de los pechos y últimamente aunque con penalidad se la quito y fue menester ayudarla para que se levantara y salió con tanto gozo como si no hubiera pasado nada y se fue en su compañía a recibir los Santos Sacramentos como solía. En otra ocasión sabe el declarante por habérselo dicho la sierva de Dios que los demonios la amenazaron diciendo no fuese a comulgar, porque de hacerlo la habían de colgar de los cabellos y respondiendo que ejecutasen con ella lo que quisieran que no temía sus tormentos y amenazas, pues Dios la había de fortalecer, de hecho la arrebataron los demonios y poniéndola un clavo en las manos y una piedra la elevaron en el aire y la hicieron clavarlo en medio de una viga del techo y al ejecutar el tormento teniéndola asida por el cabellos lo impidieron sus santos Angeles. En otra ocasión visitando las cruces la Sierva de Dios como todos los días lo ejecutaba, después de un razonamiento de amenazas que la hicieron los demonios la sacaron al campo media legua distante de esta Villa con animo de que la desflorasen los pasajeros, como a ella se lo dijeron y llevaba al puesto vio que un toro negro horrible la iba a embestir y pronunciando el Santísimo nombre de Dios se desapareció y quedó en su libertad y se volvió en su case. Así se lo dijo y comunicó el declarante y le da entero crédito.

En otra ocasión, trayendo la Sierva de Dios sobre el lado del corazón un cilicio y en él grabado el Santísimo nombre de Jesús, que lo hizo el mismo declarante de hierro recio a petición de ella, los demonios envidiosos de ver que estaba sellado su corazón con tan soberano nombre, pasando muchos días la amenazaron pare que se lo quitase y que de no hacerlo la habían de errar con letras que dijesen esclava soy del demonio, y de hecho haciéndola tomar con sus manos el cuchillo la hicieron en el lado del corazón en forma de letra que salió sangre y sobre ella echaron cardenillo diciéndola que con eso quedaban perpetuamente grabadas y a la vista de la Sierva de Dios leía este mote, esclava soy del demonio, afligida con este suceso paso a llamar al declarante Para que viéndolo fuese a buscar remedio y al tiempo de descubrir el pecho abierto vio y leyó el declarante que decía Jesús de la misma suerte que antes le había impreso el cilicio o plancha de hierro el declarante da entero crédito a toda la relación del cave aunque no vio el mote del demonio.
Que sabe y vio el declarante que la dicha Dña María de Meneses y por otro nombre intitulada María del Niño Jesús todo su trato y comunión, toda su vida fue siempre con personas doctas y timoratas con quienes consultaba para su mayor acierto y así se lo pedía al declarante pare que hiciese inquisición con sujetos, más doctos, como lo hacía y aun tiene en su poder algunas consultas y sabe que lo mismo hacía con confesores antecedentes, unánimes y conformes daban aprobación a su espíritu y dirección en lo que se consultaba alabando al Señor, que tan magníficamente se comunicaba a sus siervos y por tan admirables medios solicita su Gloria y méritos de sus criaturas. Así mismo sabe y vio el declarante que de muchas partes hacían viajes muchas personas a comunicarla prometiéndose todo el acierto, recibiendo gran consuelo que las mismas personas la comunicaban y especialmente en esta Villa con sus obras, palabras y buenos ejemplos a todos convidaba al servicio de Dios Nuestro Señor y aun ha oído que algunas si se hallaban no con pura conciencia recelaban ponerse en su presencia por el gran concepto que tenían de su Santidad y su vista les era de suficiente corrección y aun ha oído que aun a tal o cual persona le manifestó su interior y tiene por cierto se corrigieron; con los pobres y enfermos era sumamente caritativa y a todo el estado Eclesiástico miraba y atendía con singular veneración como llevo dicho anteriormente y esto procede. Que sabe y vio el declarante que desde el año 1.662 residió en esta Villa vio y experimento que la Sierva de Dios María del Niño Jesús celebraba la festividad de la circuncisión de Nuestro Señor Jesucristo y sabe que así mismo antes la celebraba con toda la solemnidad culto y reverencia a la imposición del Stmo. Nombre de Jesús y de aquí como principio llamarse esta fiesta del Niño Jesús y así mismo haberla impuesto sus compañeros los Ángeles a la Sierva de Dios el nombre de María del Niño Jesús a cuya festividad concurrían de los lugares circunvecinos muchas personas y a estas y a todas las de esta Villa en obsequio y honra y gloria del Niño Jesús repartía en sus vísperas bollos de pan muy blanco y otras frutas, cojerme lo que podía juntar de limosna y todos aunque fueren ricos iban a su casa a recibir la dicha limosna tomándola como reliquia y la guardaban, el bollo de pan se le daba para la necesidad y con la veneración y santa Fe que tenían los presentaban a distintas partes y aun tenían pretensiones para alcanzarlos, teniéndose por dichosas los que la participaban y observó el declarante que aunque fuese poco el pan que tenía prevenido para este efecto lo multiplicaba Dios y sobraba, caso que lo tiene el declarante por milagroso, lo uno porque la Sierva de Dios le llamaba antes para que lo echase la bendición al dicho pan y reconoció ser muy poco para lo mucho que veía. Este pan mucha gente lo ha guardado por muchos años y no se ha corrompido. Y vio el declarante como la víspera de la festividad del Niño Jesús tenía devoción la Sierva de Dios de componer y adornar al Niño con sus andas en su misma case con su altar y luces y en su obsequio disponía una soldadesca de los niños adorándolas airosamente con su bandera picas y alabardas y en los remates estampados el nombre de Jesús y de los niños que componía una danza en obsequio del Niño Jesús y a los unos y a los otros les daba coplas que dijesen en alabanza del Niño. Unos que cantasen y otros que representasen de asuntos tan soberanos y conceptos tan subidos que a todos y se hallan escritas en su vida y en la dicha víspera el clero y La Villa y vecinos concurrían a llevar desde su case a la Iglesia el Niño Jesús (no en forma de procesión) y colocado en el altar mayor se cantaban las vísperas con la solemnidad posible y concluidas representan y cantan los niños y niñas sus coplas y al día siguiente con la misma solemnidad se celebra con misa y sermón por religiosos que para este fin vienen del convento de Ntra. Sra. de Guadalupe por encargo de la Sierva de Dios y permiso que da el declarante como Cura propio de esta Villa, cuya fiesta con las mismas circunstancias hoy se conserva y permanece y desde la misma casa donde vivió la Sierva de Dios, sale el niño aderezado y se lleva a la Iglesia como va dicho, como instructora de esta fiesta que la continúan sus parientes. Que vio y sabe que la Sierva de Dios Da María de Meneses, por otro nombre llamada María del Niño Jesús enfermo de muerte por el mes de febrero del año pasado 1.686 y llegando a los últimos velos de la vida en que naturalmente habla de morir, Dios milagrosamente para padecer y merecer más como lo diré después. Y en esta ocasión de estar enferma que enviase por un religioso a Guadalupe pare entregarle los papeles y ayudarla a bien morir y hallándose en la cama enferma respondió a quien llevo el recado (que era el Lido Miguel Corral sustituto del declarante en su ausencia) estas palabras, no puedo ir y replicándole que se moría y que así fuese dijo pues yo la mando en virtud de Santa Obediencia que no se muera hasta que yo se lo mande, así intimidó el precepto a la Sierva de Dios el Lido Corral y de hecho mejoró la Sierva de Dios desde aquella hora y se puso buena y repitiendo la enfermedad por el mes de julio de dicho año hasta el día 9 de septiembre que murió.
Un día estando bien mala llamo al declarante y le dijo que escribiese lo siguiente que así era voluntad de Dios.

PAPEL:

Cuando me dijeron los compañeros que enviase por un religioso a Guadalupe para entregarle los papeles y para que me ayudase a bien morir, porque estaba ya cercana precipitose tanto el accidente que me parecía estaba ya en la otra vida, en esta ocasión a mi parecer tuve un rapto en Dios y me pareció me aspiraba Dios y me infundía nueva vida y cuando volví del todo me halle con mucho vigor y fuerza y viendo que no moría, antes si perseveraba en la mejoría dijo a los compañeros que como no me moría que cual seria la causa y me respondieron que naturalmente ya había llegado a los últimos lances, mas que Dios era vida y la daba como quería.
Y después de haber sucedido lo dicho en el último día que murió sucedió que el declarante con la seguridad de asistir a su cabecera un religioso y estarse en el mismo ser la enfermedad, sin ver accidente mortal pasó el declarante a una estancia cerca del lugar y allí recibió recado que le llamaba la Sierva de Dios y viniendo se encontró con el religioso y le preguntó como estaba la Sierva
de Dios y levantándose sin dar bocado pasó a su casa y la halló las manos abiertas y los ojos puestos en el cielo, sin poder hablar y de improviso ocurriéndose a la memoria del declarante aquel precepto que en la otra enfermedad la había impuesto que no muriese hasta que se lo mandasen, la dijo señora espera usted que la diera de licencia para morir. Inclinó la cabeza dando a entender que sí e inmediatamente la concedió y la hizo la forma de absolución aplicando la indulgencia de la bula de la Santa Cruzada, cuyas palabras concluidas dio su espíritu a Dios. Y habiendo espirado, siendo así que tenía estando vivo su cuerpo y rostro amoratado de los tormentos que padecía, quedó su cuerpo hermoso, blanco y tratable con una fragancia que por tres o cuatro días se olía dentro y fuera de la casa. Estuvimos tres días sin darla sepulcro, su rostro como si estuviera vivo, sus manos tratables, enhalaban fragancia y olor que a todos causaban admiración y siendo tan querida y estimada de todos y que a muchos hacía falta. No se ha visto que nadie llorase ni grande ni pequeño, todos sentían una alegría interior que su gozo lo manifestaban los ojos con lagrimas risueñas. Fue grande el número de gente forastera que acudió de lugares circunvecinos a verla. No hubiera quedado nada de su vestido pues todos pretendían con grandes ansias participar de su vestido como reliquia y de hecho la mitad de la toga que tenía puesta en la cabeza se la quitaron dividiéndola en muchas particiones y aun un religioso intento cortarle un dedo para llevarlo como reliquia y de no haberlo impedido lo hubiera ejecutado. Todo lo vio el declarante.
El rostro de la Sierva de Dios debió tenerlo más hermoso que cuando vivía. Sus mejillas y su rostro de mejor color que cuando vivía, sus labios lo mismo más encendidos y encarnados y en sus manos más perfecto color que son las que tenia al descubierto. Se enterró el día 12 a la 1 del mediodía. Habiéndosela dado sepultura, por concluir con la función del entierro aquel mismo día al ponerse el Sol se volvió a sacar el sepulcro con motivo de acabar de perfeccionar el sepulcro y llevándola a la sacristía despedía un olor, una fragancia que penetraba en los sentidos, que a los presentes admiraba y todos a una voz confirmaban ser señales de su mucha santidad y virtud y esto responde.

En el libro de difuntos folio 316 de esta Parroquia de S. Juan Bautista de Berzocana figura la siguiente nota:

NOTA: María de Meneses a quien llaman vulgarmente la Srta. Meneses por haber muerto y sido tenida en vida por Santa. En la nota que está por debajo de la partida de su defunción al folio 100 dice, aunque en letra poco legible:

Hízosela oficio mayor y vino el Convento de Guadalupe a su entierro. Predicó Fray Juan de S. José y lo mismo el día de cada año. Fue sepultada en la Capilla Mayor y se la puso una laude de pizarra y su cuerpo quedó en el ataúd en un sepulcro hueco. Tono por orden del Ldo Diego Muñoz Gómez del Valle, cura y confesor. Murrio el día 9 de septiembre de 1.685.

Se puso esa nota el día 30 de Junio de 1.847.

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(Copia literal de un documento fechado el 28 de noviembre de 1.785, firmado por Sebastián Alonso Jil Chico, que corresponde, posiblemente, a una encuesta realizada por el Vicario de la Diócesis.

"Guardase también en esta yglesia el cuerpo de la Virgen, Sierva de Dios, María del Niño Jesús (que en el siglo se llamaba Doña María Meneses y Orellana), fue donada profesa en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe y dejó escritos algunos tratados sobre la Sagrada Escritura y otros; el Ilustrísimo Señor Don Joseph de Rojas mandó al Doctor Chirino, Abad de Cabañas, traer información de su vida y costumbres, las que aprobó después Don Bartholome de Cernuda, su sucesor, Obispos ambos de Plasencia. En la casa adonde vivió se edificó una ermita el año 1.723 y 37 después de su muerte, a cuya memoria se hace todos los años a primero de enero una solemne fiesta, en cuyo día el poseedor del mayorazgo, que fundó el Doctor Meneses, a cuyo cargo está esta ermita, tienen que repartir a los pobres 12 fanegas de pan; oy le posee Don Francisco Ventura Diez Carrasco, por su mujer Dona Rosa Ramona Meneses y Orellana.