Fué el último cura de la Parroquia de Berzocana.
Cuando vimos llegar a este hombre, joven, de mediana estatura, sin apenas cabello y ataviado a la vieja constumbre con uniforme y sotana no pensamos lo que nos venía.
Hizo un trabajo que admiró a propios y extraños. Los creyentes encontraron un hombre comprometido con ellos y los no habituales empezaron a ver caminos que llevaban a la iglesia
Sacó los tesoros de la iglesia y montó una Exposición de Arte Sacro que todavía recordamos. Se preocupó por la restauración del edificio, por su estética. la vistió con estandartes y alfombras.
De Berzocana fué directamente a Roma donde a buen seguro estará realizando una extradordinaria labor.