Fue la mas pequeña de los cuatro hermanos santos con San Isidoro, San Leandro, San Fulgencio. Al ser mujer no pudo seguir los mismos caminos que ellos, pero va a hacer un recorrido paralelo de servicio a Dios y a los hombre que la harán merecedora de la categoría de Santa.
Muy pronto ingresó en un convento que algunos suponen de su propia fundación y que va a ser el embrión de las congregaciones religiosas de mujeres. De le atribuye la fundación de mas de cuarenta conventos.
Sus reliquias se distinguen por la peineta que venía junto a los huesos. En Berzocana son las mujeres las que mantienen y fomentan su culto.
La amiga Ana Irala, de Castañar de Ibor, nos cuenta una curiosa historia que alguien le contó y relata como Fulgencio fue el responsable del nombre de la Santa. Fue en una visita que hizo San Fulgencio a su madre. El Sánto desconocía que había tenido una hemana. La madre se sentía un poco avergonzada ante su hijo, doctor de la iglesia y uno de los puntales de la fé cristina, por su embarazo tardío. Cuando llegó Fulgencio, no se le ocurrió otra cosa que esconder a la niña en una tinaja. Al pasar éste a su lado, sintío una revelación y dijo: madre, hay una Flor en Tiná. Sácala.