La palabra viene de "barrenos", explosivos que utilizaban en labores mineras. El barrenao era el que se quedaba aturdido, como atontado por el efecto de la defragración y del intenso ruido que se producía.
Llamaban "barrenaos" a los que van de peregrinación a Guadalupe el 8 de Septiembre. Se une la sana rivalidad histórica entre ambas poblaciones y la postura que mantuvieron muchos pueblos de seguir celebrando el 15 de agosto.
Antiguamente los niños se escondían tras los arbustos del camino y tiraban cáscaras de sandía o melón, tomates a los peregrinos que dirigían sus pasos a Guadalupe.
El tiempo a dejado atrás esta tradición que ponía una nota divertida en caminantes y berzocaniegos