Disfrutar de la comida en un paraje serrano siempre aporta sensaciones novedosas, pero gana muchos enteros cuando el alimento está enrraizado en nuestro pueblo por nacimiento, crianza o simplemente, por la sabia manufacturación de nuestros artesanos de la cocina.
La calidad medioambiental de nuestra tierra le va a asegurar unos productos de primer orden desde su misma base. Las explotaciones agrarias y ganaderas están sometidas a fuertes inspecciones veterinarias y farmacéuticas. Constantemente se evalua todo el proceso para verificar que los niveles sanitarios, los exigibles por Ley y la artes de nuestros agricultores y ganaderos. Entre todos van a hacer las delicias de los paladares mas exigentes.
Quizás el producto mas peculiar de Berzocana sean los Rabos de Calabaza, un postre que hace la boca agua a quien lo ha probado alguna vez y despierta la curisidad por su aroma, su delicaceza y suavidad. Parece herencia antigua y en cada casa sabe distinto.
La repostería se complementa con los dulces que también elaboran nuestros vecinos: galletas, perrunillas, buñuelos, tartas, bizcochos, magdalenas... Se distinguen de otros pueblos por su fina elaboración, mas ligeros y un poc0 mas suaves.
Las carnes que gustan son el cabrito ycochinillo para asar, el ciervo y jabalí mejor guisado. El cordero es de rechupete. Parte de la vaca y casi todos los productos del guarro: lomos, secretos, solomillos... son para no perdérselos.
Lo mejor es disfutarlos alrededor de una lumbre y a la brasa, rodeado de familiares, amigos o compañeros de trabajo. A ser posible en el campo, cerca de un arroyo.
Estamos en territorios amparados por las Demonaciones de Origen del Queso Ibores y la Miel Villuercas Ibores, que dicen mucho y en el caso de la miel es la única de Extremadura. Acompañas verduras y hortalizas de la huerta: tomates, pimientos, ajos, cebollas, patatas. Todo sabe de otra manera si es natural.
Las frutas mas codiciadas son las cerezas y castañas. Gordas y sabrosas, de un suelo que no ha necesitado riegos para producir frutos de gruesos calibres y vista esplendida. Ya compiten por los mejores mercados con la cereza del Jerte. Hay zonas propicias para las judias y casi todas la laderas son ideales para árboles frutales.