Historia de Helechosa de los Montes

Si miramos atrás descubrimos que en el enclave geográfico actual de Helechosa coinciden numerosos pueblos, muchas fronteras y en muchas ocasiones hasta es tierra de nadie.

La antiguedad remota fija su atención en Muro, la ciudad de los Moros, que reza el acervo popular.

De su existencia sabemos a aparecer citada entre los Itinerarios romanos de Antonino como una Mansión entre Mérida y Toledo.

De la incursión musulmana en la península se conservan algunos restos en la zona. En concreto, dentro del ámbito de Helechosa y Bohonal, se pueden visitar lo que fuera un cementerio, ruinas de algunos muros y restos de una calzada empedrada (unos 500 m).

Todo en la referida Muro, aunque también se cita el castillo de Cijara como escondite de un famoso rebelde de Mérida contra el poder de Córdoba. Año ochocientos y pico.

Alfonso VIII, conquista la comarca y sus poblaciones cediéndolas el Arzobispo Don Rodrigo, pasando otra vez a depender del Concejo de Toledo, año 1.040.

Felipe II, en sus recopilaciones de las fincas de España, refleja de nuevo las tierras de Helechosa como zona de caza del oso, así como del venado, según el libro de caza del marqués de Gaula.

El vestigio escrito más antiguo que se conserva data de 1222. Se trata de documentos del caballero don Alfonso Téllez de Meneses, que desde su castillo de Albuquerque y como promesa para su salvación, hace una campaña de guerra contra los musulmanes, reconquistando el importante enclave del castillo del Muro, junto a Helechosa. Esta fortaleza tenía mucha importancia en la línea defensiva - ofensiva del Guadiana.


Escudo de Toledo

En el año 1226 fue vendido al arzobispo de Toledo por 800 maravedíes, 500 cahices de trigo y 5.000 de cebada. No se sabe cuánto tiempo permaneció Helechosa bajo el poder de Toledo, aunque se cree que lo hizo hasta 1369.

Alfonso XI en sus libros de montería, cita estos montes como buenos para la caza del oso y el venado en el siglo XIV.

A partir de ese año y hasta 1444, perteneció unas veces a Toledo y otras al vizcondado de la Puebla de Alcocer, cuyos señores (más que reyes) se encargaban de nombrar alcaldes, dictar leyes e impartir justicia, en una palabra, de gobernar.

Es sabido que en 1530 en Helechosa habitaban 196 vecinos, cantidad elevada para la época, ya que por entonces La Puebla de Alcocer tenía 185 y Talarrubias, 377. Hay que tener en cuenta que en esos años, debido a la expulsión de los moriscos y la emigración al Nuevo Continente, España estaba muy despoblada.


Escudo de la Puebla de Alcocer.

En 1.445 Helechosa vuelve a la Corona de Castilla y Juan II la anexiona al vizcondado de Puebla de Alcocer regido por el Maestre de Alcántara, que al igual que el Duque de Béjar dejan huella de su influencia en la zona.

Por Helechosa pasaba una cañada de la Mesta que fue aportando poco a poco más vecinos y nuevos usos y costumbres, como el juego de "la calva" que se juega tradicionalmente en Semana Santa, que era cuando los pastores llegaban con sus rebaños a la zona.

Llegado el año 1753, el sacerdote del pueblo, don Francisco Rodríguez Corcho* Margaro y Margarito, el famoso "cura Corcho", escribió y publicó un tratado sobre medicina y aguas curativas titulado "Margarita sobre el agua, preciosa perla que en la divina concha del sagrado texto recoge el rocío del cielo, conque evidencia que el agua no es remedio universal". Sobre este clérigo, de una enorme inteligencia, corren en el pueblo varias historias de magia y curaciones.