Navezuelas

Valles de Altura

Navezuelas llega cuando ya no puedes subir mas arriba, en Extremadura solo en el Piornal con sus 1175 metros de altura supera los 950 metros en que se encuentra el pueblo.

Todo el término se sitúa por encima de los 800. La mayor cota es el pico Villuerca, de 1600 m., el mas grande de los Montes de Toledo.

Nuestros tres valles tienen forma de uve cerrada; son gemelos, paralelos y están orientados al Norte. Para pasar de uno a otro tienes que superar los mas de 1300 m. de sus collados para luego, también vertiginosamente descender hasta los 800. Aquí nace el Almonte con su afluente Santa Lucía; y el Vieja, que luego parará en el Río Ibor. Todos llegarán al Tajo aportando caudales interminables de aguas cristalinas.

Un manto verde de castaños, robles en altura; encina y alcornoques en las zonas mas bajas arropan la tierra. En las cumbres, los riscos de cuarcita brillan con el sol del día. La fauna es abundante y variada: ciervos, corzos y jabalíes se disputan el grueso del botín, mientras multitud de rapaces y carroñeros están siempre vigilantes ante el despistado o el caído.

Y en todo este difícil pero paradisiaco rincón de la Villuerca, un puñado de hombres y mujeres se han adaptado al terreno disfrutando de sus placeres y sorteando con habilidad las dificultades que el medio les impone.

Las gentes de Navezuelas son consideradas entre sus vecinos como un grupo étnico de características muy conservadas. La mayoría de aspecto nórdico: piel y ojos claros, pelos rubios e incluso pelirrojos. Tienen un extraordinario sentido de grupo y un loable afán por el trabajo en lo suyo. Independientes por definición y con un afinado sentido colectivo cuando es imprescindible.

No hace mucho tiempo, la población estaba muy dispersa. Se vivía junto a la tierra que les daba el sustento, agrupados en pequeños núcleos familiares. Tres o cuatro viviendas mas establos, pajares y otras dependencias conformaban grupos de veinte a treinta personas. Normalmente junto a arroyos inagotables, podemos encontralas repartidas por todo el término municipal, pegándose a las fuentes que les darán la vida.

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