Archivo Municipal de Villarta de los Montes

VILLARTA DE LOS MONTES. HISTORIA Y ARTE

   Por ThEÓFILO ACEDO DIAZ. Cronista Oficial

ORÍGENES:

Es sensato pensar que el origen de esta población se halle en las vicisitudes de la Reconquista después de la toma al musulmán de Toledo en 1085 y las tierras al norte de Guadiana. Es sabido que tras la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) se inicia la Repoblación a ambos lados del Guadiana con gentes traídas del sur de Francia, Navarra y La Rioja. Ya en pleno siglo XIII se cita por primera vez un vado sobre Guadiana llamado Vado de Estimillas. Se puede suponer que cercano a este vado existiera la primitiva población de Estimillas o Figuera de Estimillas como aparece en documentos. De este asentamiento supuesto, no existen vestigios.

Esta conjetura no es óbice para pensar que anterior a las fechas citadas, en esta zona hubiera contingente árabe agrupado tal vez en alcazaba o castillo más que en núcleo urbano, si se considera que en Villarta son populares los topónimos “Sierra del castillo”, “castillejo” . Aún podría ahondarse más en estos orígenes si existe en el término una zona conocida por “Las zahurdillas” en donde hay restos de edificaciones que bien pudiera tratarse de un asentamiento humano, aunque a quienes lo descubrieron se le antojaron eso “zahurdillas”.

De todos modos, lo más lógico es establecer el origen de de la historia de Villarta en los siglos XII y XIII y el Vado de Estimillas y un puente de fábrica que hubo que “arreglar” en 1425, las razones más aproximadas de nuestro hoy.

De este supuesto la obra parlante es el puente, bella y sólida construcción civil, como prueban sus más de quinientos años de vida y utilidad hasta que fuera sepultado por las aguas del Embalse de Cijara en 1956. Este puente es crucial para la historia de Villarta, como se pone de manifiesto en un libro que Theófilo ACEDO DÍAZ (Cronista Oficial) tiene preparado para ser publicado desde diversos puntos de vista: histórico, artístico y sentimental.

EDAD MODERNA

Durante el siglo XVI Villarta pertenecía al Reino de Toledo y así lo reflejan las Relaciones Histórico -Geográficas hechas por iniciativa de Felipe II . En 1578, estaban en pie cuatro ermitas: Nuestra Señora de la antigua y Santa Brígida extramuros; San Sebastián y San Pablo a las afueras de la población.

En las mismas Relaciones, quienes contestaron al cuestionario del Rey, aquel 3 de noviembre, decían que la agricultura cerealista era la mayor fuente económica. Asimismo, anotaron constaba la población de 200 casas y 260 habitantes.

El siglo XVII, es época de consolidación poblacional, tal se advierte por el número de cofradías que aparecen registradas en los libros del Archivo Parroquial de Villarta de los Montes (A.P.V.M). Tales son: el Santo Sacramento; el Corpus Cristi; la Vera Cruz; Nuestra Señora del Rosario.

Este asunto no está estudiado como se debería, pero de éstas, la que perdura es la última aún transformada en la Hermandad de Nuestra Señora de los Ángeles o La Virgen de la Antigua.


EL SIGLO XVIII.

En este siglo se produce el esplendor de Villarta a tenor de las obras de interés artístico y la cantidad de datos que hay sobre ellas. Así en 1728, se construye, en la ermita de La Virgen de la Antigua, la capilla Mayor, cúpula sobre pechinas, intradosada con linterna. Se encarga un retablo para ésta y en él se enmarcan tres obras de Juan Correa de Vivar ( Mascaraque 1510-1566). En 1744 son aprobadas por el Arzobispo de Toledo, las ordenanzas de la Cofradía del Ntra.Sra. de los Ángeles. En 1749, el Papa Benedicto XIV Jubileo Perpetuo a esta ermita. Entre 1750 y 60 se decora con pintura al fresco la capilla Mayor, la cúpula y la bóveda de la sacristía por el artista Andrés de Calleja.

El retablo fue dorado en 1737. Es una obra sencilla pero de extraordinaria belleza con dos cuerpos y tres calles. En la central se abre camarín entre estípites para albergar la Imagen de la patrona La Virgen de la Antigua, talla policromada atribuida, por este cronista, a la segunda mitad del siglo XIII.

Durante este siglo, la población aumentó en número de habitantes y la economía depende más de la agricultura, pues la Mesta estaba en decadencia con los Borbones, aunque no así la ganadería en Villarta.

Dadas estas circunstancias de progreso y consolidación, es en esta época cuando se exterioriza el rezo del rosario según establecían las ordenanzas de la cofradía o Hermandad citada más arriba, la cual, en una de sus clausulas establecía ser el número de cofrades – sólo varones - de 55 (las cuentas del rosario). La ampliación de esta práctica se extiende a todos los habitantes al hacerse público el Rosario de la Aurora, pieza musical de extraordinaria belleza y rasgos antropológicos singulares, que se convocaba nueve días antes del siete de octubre. Al ser tiempos de sementera, en el rezo cantado se incluían cánticos y rogativas de petición de agua de lluvia. He aquí esta significativa estrofa y su estribillo:

Entre cuatro labradores
la llevan en procesión,
para que vea los campos
y llueva sin detención

Bendita sea María
y su Hijo Soberano
envíanos el rocío
que lo estamos esperando

EL SIGLO XIX

En 1833, Villarta pasa a pertenecer políticamente a Badajoz. Sin embargo su aislamiento es casi absoluto a pesar de contar con uno de los puentes más antiguos en el alto Guadiana. Vadear el río estaba resuelto pero los caminos siempre fueron de herradura y entre serrijones, hasta que la Segunda República determinó tender carretera hacia Extremadura en 18 kilómetros hasta alcanzar la N 430 Badajoz-Valencia.

Los acontecimientos que revolucionaron el siglo XIX en España y Europa, pasaron desapercibidos por esta latitud a pesar de estar en pleno centro de la Península. El primer problema: las comunicaciones por carretera. El ferrocarril jamás se pensó pasara por aquí. Éste ha sido la causa de su atraso ya no sólo respecto a Extremadura, sino de todo el país. Y esta es también la causa de que sus habitantes desarrollaran una cultura folclórica endógena de extraordinario valor antropológico.

Es posible que en este siglo – muy a primeros - se edificara el actual templo parroquial de una sola nave con arcos diafragma de apuntamiento equilátero, cúpula sobre pechinas, techumbre a dos aguas, torre campanario albarrana y de base cuadrada, en el lugar donde estaba la ermita de San Sebastián y a su alrededor el camposanto. La parroquia está bajo la advocación de María Magdalena. Estuvo adornada con retablos que en la guerra civil, fueron pasto de las llama sin otro objetivo. Hoy de ellos, no queda el más mínimo rastro.

Pascual Madoz en su famoso diccionario de 1840, cita esta parroquia, las ermitas dichas y hace mención singular a la Fuente de El chorro, anotando que mana agua riquísima, inagotable e , incluso salutífera

EL SIGLO XX

El nombre de Villarta o, Villaharta como aparece en documentos antiguos es el siempre ostentado por esta población, sin embargo, como existen en el territorio español otras poblaciones con este nombre por el Real Decreto del 27 de junio de 1916, se permitió añadir el apellido de los Montes. Con él se establece diferencia entre Villarta de San Juan en la provincia de Ciudad Real y Villarta en la provincia de Cuenca. Tal práctica fue llevada a cabo en muchísimas localidades españolas al repetirse muchos nombres. Otras poblaciones que tenían nombres de significado feo o de mal sonido también pudieron cambiárselo.

Hacia 1925, las leyes permitieron a los Ayuntamientos ceder e, incluso vender tierras municipales cuajadas de monte, a los vecinos para su descuaje y aprovechamiento. Este beneficio motivó el que muchos villarteños plantaran olivos y vides aumentando así las actividades económicas.

Por fin en el año 1935, quedó terminado el tramo de carretera que une la villa con la 430, quizá gracias a la insistencia de Don Demetrio Romero Dorado (1910-1941), villarteño y maestro, que desde 1928 venía publicando artículos a favor de esta vía en el diario La Libertad. En estas fechas republicanas se construyó el edificio de la Casa Consistorial, emblemático edificio que la democracia sustituyó por el existente que nada dice. Aquel tenía estilo.

La apicultura fue siempre actividad de autoconsumo cultivándola en rústicos corchos, dimensionándose a partir de los años cuarenta con el empleo de cajas colmeneras.

A mediados de los cincuenta la población llegó a alcanzar los 2500 habitantes. Fueron momentos de buenas cosechas cerealistas que obligaron a los molinos ribereños de Guadiana a no parar su actividad; se construyeron almazaras, panaderías (la del tío Aurelio, la del tío Calixto –primero- después la de Julia y Eugenio -esta es la que perdura con el nombre de “Angelines”- y el pueblo rebullía de juventud con ganas de divertirse tras las duras faenas. Funcionaron entonces dos salones de baile: el del “ tío Aurelio Ortiz” y el de “tío Hipólito” (este más nuevo). En el primero ya se proyectaron películas mudas, en el segundo hubo teatro pues tenía un escenario con boca o “títeres” como se decía. También estaba el salón de “Angelillo” es decir, de Ángel Agudo Victoria, en cuyo escenario con boca, se desenrollaba una pantalla y se proyectaban película con una máquina de gasoil. El operador era el tío Domingo “el mecánico” excelente guitarrista flamenco y primer maestro de este humilde cronista. Es estas fechas funcionó una tertulia en la taberna del tío Eufrasio “el moreno” a la que llamaban “La peña” a la cual asistían todas las tardes las fuerza vivas de la población. Entonces había varias herrerías, entre las que estaban la de Clemente, la del tío Goro “chichones” y la del tío Eufrasio. Había tres barberías, la de los “Tintolas”, el tío Basilio y Daniel. Las carnicerías de Antonio Ramos y de Víctor, la Aurea del tío Nicolás. Carpinterías de las cuales la que ha perdurado ha sido la de Mauricio Alcobendas. La actividad mercantil se realizaba y realiza a través de “comercios” (Augusto, Julián Dorado “el gato”, Antonio Fernández, heredado de tu padre “el tío Amador”; Julián Grano de Oro “el comerciante”) sin especificar, estanco. El servicio de Correos siempre actuó desarrollando gran actividad en las décadas de los sesenta y setenta cuando fue cartero el tío Julián Portillo “El correo” y su familia. Teléfonos (Fidela Dorado). Siempre hubo asistencia médica. Fueron varios los médicos que han dejado huella en Villarta pero de ellos, Don Blas Torrelo, fue recordado al dedicarle una calle, o mejor un trozo de la Calle Real que va de la plaza principal hasta la confluencia con la calle escarchaculos. En la actualidad a esta calle completa se le ha dado el nombre de Ntra. Sra. De la Antigua aunque por todos es identificada por la Calle Real. Se habla de Don Manuel de Lerma “el médico” quien tuvo casa en la villa (la cual pertenece a sus herederos) permaneciendo ella casi treinta años. Con él los villarteños y villarteñas recuerdan al practicante Don Arabio Lucas facultativo sabio en su práctica y, como hombre, amable y colmado de bondades. En Villarta nuca faltó escuela, si bien fuera municipal o de forma particular. Pero la etapa más brillante(por así decir) se experimenta en los años sesenta en que fue construido un Grupo Escolar para niñas y niños en el mismo edificio, el cual hoy es lo más sano de la población. Aquí ejercieron su magisterio maestros fijos, tales como Don Juan Cendrero (el más mayor) Don Rodolfo Fernández y Doña Inocencia la cual estuvo en su puesto hasta su jubilación del mismo modo que el citado don Juan.

La inundación de las tierras cerealistas de la ribera de Guadiana por la aguas del pantano en 1956, condenó a los villarteños a la emigración. Primero a las Vegas Bajas en las proximidades de la capital pacense, luego a las Vegas Altas. Otros buscaron acomodo en los cinturones industriales de Madrid, Barcelona, San Sebastián. La población disminuyó en gran manera. Sin embargo fue en la década de los sesenta cuando el casco urbano experimento cambios sustanciales. Las nuevas escuelas para niñas y niños, se inauguraron en 1960. Se hizo un depósito de agua para abastecer a la población (ya se ha quedado muy pequeño) permitiendo levantar fuentes por ciertas lugares del casco urbano. La fuente principal y más estética estaba en la plaza central (hoy puede verse y es útil en la explanada de la ermita); otra hubo en la plazoletita conocida por “Rellanete” ésta, al estar en la entrada oeste de la población servía tenía abrevadero alargado; otra con dos grifos estaba a la entrada por “El portón”; otra al desembocar la cuesta de “escarchaculos” en la calle Real; otra en la plaza de El Santo en forma de abrevadero. También hubo villarteños que metieron el agua en su casa. En esta década se construyó el cementerio nuevo en la “era la budela”, el puente nuevo sobre Guadiana y se hizo un tendido eléctrico más consistente que habido desde los años cincuenta, aquel que motivó la coplilla: “la luz en Villarta es una porquería/pues se apaga de noche y se enciende de día” Estas mejoras la población las vio siendo alcalde Don Aurelio Tamurejo Gómez.

Sin embargo las transformaciones más espectaculares se han producido con el advenimiento de la Democracia con su primer alcalde electo Don Emilio Fernández Gascón y su sucesor Don Rafael Chaves Fernández (que en paz descansa) a pesar de ser el momento que menos población tiene.

Los avances aquí son lentos pero hoy en el siglo XXI, el nuevo alcalde electo, David Rodríguez Castellanos y su equipo de gobierno, afrontan la contemporaneidad con entusiasmo aun sabiendo que la economía es escasa pero la riqueza turística, la flora y la fauna excelentes y se miman proyectos.

En la población no hay restaurantes, pero sí Casa Rural, y si se avisa, en el bar “El andaluh”, pueden preparar exquisitos platos.

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

“Villarta de los Montes. Historia y Arte. Theófilo Acedo Díaz. Alcalá de Henares.1991.

“El Rosario de la Aurora en Villarta de los Montes”. T. Acedo Díaz. Rev. Saber Popular. 1989.

“Paisajes…” T. Acedo Díaz. Edit. Elmo Ayuntamiento de Villarta de los Montes. 1998.

“El auto de Reyes Magos. Siglo XVIII”. T. Acedo Díaz. Revista de Estudios Extremeños. 1999.

“La imagen de N.S.de la Antigua en Villarta de los Montes. Edit. Visión Libro. Madrid. 2008. T. Acedo Díaz

“Para que lo sepas” T. Acedo Díaz. Edit. Vision Net. Madrid. 2006. Cuentos y diccionario de palabras propias de Villarta.

“El más bello retablo de la comarca de los Montes “ Diario Extremeño 1987.

“Villarta de los Montes” Gran Enciclopedia Extremeña. Tomo X. 1990. Mérida.

“El puente mudéjar de Villarta de los Montes. Aproximación histórico artística”. T.Acedo Díaz. Edit. Vision Libro. Madrid.2009.