El Paraje del Castañar es un territorio acotado entre murallas de rocas que lo rodean por todas partes, solo el inagotable río que rompe la sierra consigue escapar a este entorno.
La plasticidad de los riscos, con sus figuras, pingorotas y estratos en formas curvas dibujan un paisaje, que si no fuera por el verde reinante, diríamos que no es de este planeta.
En pocos metros guarda un extenso catálogo de plantas que despiertan la curiosidad, cuando no el asombro de expertos y senderistas. Destaca el fresno sobre el resto de la arboleda que casi no deja ver el suelo. Entre los helechos destaca el Real, muy difícil de ver por las especiales condiciones medioambientales que requiere.
Se puede entrar por la parte superior, a partir la casa del Robledillo o desde la parte inferior, adentrándonos cuesta arriba desde la piscina natural.
Es aconsejable la segunda opción ya que el mayor esfuerzo lo realizaremos cuando más frescos estamos.
La ruta ideal se adentra por una vereda paralela al río, casi siempre por la parte de la izquierda muy cerca del agua. No está en malas condiciones, aunque la fuerza de la vegetación inunda espacios que en otros tiempos estaban completamente limpios.
En los rellanos pasaban antiguamente jornadas enteras disfrutando del entorno en familia, también las bestias cargadas de castañas transitaban la vereda para sacar el preciado fruto.
Antes de que la cuesta se empine para alcanzar la chorrera conviene acercarse al río y sentir la brisa constante que la catarata produce,
En este punto se convierte en un contínuo ventilador de frescos aires. Un refresco y subimos agarrados a una gran roca que nos sostiene en la fuerte pendiente hasta el mirador de la chorrera.
La caída tiene varias decenas y según la época es mas esbelta y ruidosa . Se aprecia la caída tendido en la roca, pues es vertiginoso mirar al fondo que casi no apreciamos.
En el lateral hay otro excelente mirador que nos permite una vista mas tranquila desde un lateral.
Si no ha sido suficiente, se completa la ruta con un vistazo al lugar donde nace la cascada, pasar el río e intentar descender por el otro lateral, donde solo las cabras pueden pasar.
Las cuevas del castañar están en el lateral derecho, se aprecian muchas oquedades, algunas muy grandes.
Es habitual subir a conocerlas, pasar un rato y disfrutar de las mejores vistas del valle.
Desde la altura y la posición llegamos hasta los últimos rincones de este lugar. En toda esta cara hay varias que están esperando ser conocidas.
Galerías de Fotos.