Este es uno de los dos brazos de sierra que cubre el lado oeste del término. Las Sierras del Cabrero sujetan el centro oeste de estas tierras: del Robledillo a la Sierra del Castillo.
Está muy bien comunicada por una red de pistas camineras que corren la falda de la montaña a varias alturas, llegando a casi todos los collados de la sierra.
Se puede planificar fácilmente una excursión que combine automóvil y senderismo, recorriendo los lugares menos conocidos de Villarta.
Una pared vertical de mas de 800 metros de altitud que en su mayor parte está cultivada de olivares que se agarran a la tierra hasta donde los canchos de cuarcita empiezan a asomar.
Normalmente aparecen en las mismas cumbres, pero a veces asoman muchos metros antes de coronar la cúspide.
Con ellos siempre la posibilidad de encontrar una cueva encantadora o espacios totalmente vírgenes, en los que ya ni siquiera las cabras transitan las antiguas veredas que corrían el monte. Sólo el javalí o el ciervo mantienen abiertos muchos de los pasos.
Abunda el quejigo y la encina, también hay algunos alcornoques y restos de las repblaciones de pinares de varias clares.
El espectáculo único de las casqueras se ve completado con algún resto de viejas explotaciones agrícolas o ganaderas.
Hay una cueva casi en el mismo puerto que puede entretenernos bastante tiempo.
Entre los misterios que guarda y la vegetación circundante completan un paseo muy enriquecedor.