Está al otro lado del río, acastillada en uno de los muchos espigones rocosos que se forman a media ladera del valle.
En una posición de control y dominio sobre la cañada Real Segoviana, los vados y puentes que se tienden a esta parte del Guadiana.
Nada escapa a la vista del vigía privilegiado que se asienta sobre cancho vivo; una especie de cuarcita a medio hacer, en la que se pueden apreciar el material que la compone.
Sobre su origen se sabe poco: La datación de la virgen, en torno a los siglos XII y XIII van a marcar probablemente los principios de este lugar.
Esta imagen es de estilo románico, un modelo utilizado sobre todo por las órdenes militares de caballería y en Villarta de los Montes sabemos que la Orden de Calatrava tuvo un protagonismo fundamental desde 1189.
Así el primitivo edificio tendría una doble finalidad: la militar: de control del paso y la religiosa, a ser vanguardia de la expansión de la fé cristiana en territorios recientemente conquistados. Los ires y devenires de la historia llevarían hasta su desaparición.
La leyenda de la paloma que se posaba en una encina y la estrecha y sana rivalidad con la Puebla van a dar con una imagen de Santa María que encuentra un local siguiendo al ave en un territorio yermo y despoblado, casi en tierra de nadie.
Así se justifica popularmente la edificación de la ermita. Una nave rectangular con orientación este-oeste, de una considerable dimensión.
Se divide en tramos con arcos ojivales y al final hay un añadido a modo de torre cuadrada cerrada por una cúpula redonda.
Este espacio está primorosamente decorado: las paredes, los techos, el mobiliario... Todo se llena de color y escenas bíblicas y de la vida de Jesús.
Pero sobre todo, el retablo; recién restaurado se presenta como una estampa bellísima. En el centro está la imagen de la Virgen de la Antigua escoltada por tres lienzos atribuidos a Correa de Vivar lucen sobremanera en los laterales y en la parte superio de la Virgen de la Antigua, que preside el templo.
El exterior se rodea de amplio soportales por todas parte menos por el lado de levante, que fue reaprovechado para la sacristía.
Enfrente de la puerta está la casa del santero. Una construcción que guarda el carácter popular de las antiguas formas.
A la ermita se viene en procesión varias veces al año.
La más popular de todas es la "MisaVilla" que se realiza en San Isidro y congrega a varios centenares de personas no solo de Villarta si no que de la Puebla y otros lugares se acercan a compartir un día festivo.
También hay otra procesión en las fiestas de agosto, en las que la imagen se traslada al pueblo temporalemente para presidir los festejos mas importantes de la población.
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