La advocación y hechuras de este edificio son muy sugerentes. Presenta una estampa muy original con un remate cuadrado, a modo de bonete en la torre.La advocación y hechuras de este edificio son muy sugerentes. Presenta una estampa muy original con un remate cuadrado, a modo de bonete en la torre.
La entrada está bellamente restaurada, con un porche que se se eleva hasta las tejas de la nave. El arco de entrada es muy característico: una mezcla entre lobulado y turco.
El interior esta organizado en una sola nave con un pequeño coro sostenido en una estructura de tres arcos.
En el lado opuesto encontramos el abside. Está decorado con bonitas pinturas que vinieron a llenar el vacio dejado por el gran retablo que lucía.
Luce tres grandes arcos que dejan ver un cielo detrás.
La ornametación llega hasta la cúpula en la que toma protagonismo un gran sol entre un cielo lleno de formas geómetricas, de estrella y lunas, de ángeles y nubes.
De las esculturas que guarda destaca un cristo yacente que sorprende por su realismo. Parece que todavía tiene un suspiro de vida. Sobrecogle igualmente la talla de la Dolorosa.
