El Marqués de la Conquista de Trujillo se hizo con casi todo el valle del Río Viejas, Torneros y hasta cerca de la población de Robledollano donde tuvo importantes propiedades.
Cobraba sus servicios como escribano en una porción de tierra. Así llego a reunir una finca de mas de nueve kilómetros de lado en los territorios mas recónditos de las Villuercas.
Un par de generaciones mas adelante, su biznieto, el Vizconde de Amaya Don Antonio no siguió la tradición familiar de aumentar el patrimonio y se dedicó a dilapidar la fortuna que había heredado.
Era un hombre bajito, inquieto, inestable, bastante golfete y algo gangoso. Difícil entenderle y mas aún contentarle. En uno de sus arranques planificó la construcción de un Sanatorio en las cercanías de Robledollano. O por lo menos eso contaron en el pueblo…
La construcción fue responsabilidad de dos albañiles; Alonso, que era de la localidad y Santiago de Trujillo. La piedra es de pizarra y la acarreaba Basilio con dos mulos.
Las obras se realizaron entre 1940 y 1941. A piedra y cal como dicen los antiguos, un trabajo muy bien hecho, con conciencia.
Ocupa el alto de un cerrete. La forma general es rectangular menos por la entrada principal que se retrae de la línea exterior para guarnecerse unos metros.
Tenía dos pisos en la entrada en la parte central, del segundo solo quedan las paredes.
Los banos de puertas y ventanas se sujetan con un arco de ladrillo de formas casi planas dando unos perfiles achatados en los mismo. Todo está bastante tapado de vegetación, árboles que nacen en las habitaciónes y que hacen muy complicado el tránsito.
No vemos ninguna estructura que denote un uso especial de las instalaciones. Desconocemos si seguía algún modelo para los sanatorios o si las distintas estancias estaban reservadas a usos concretos.
Mas parece una hermosa casa de campo que el Vizconde se quiso preparar en uno de los lugares mas idílicos de estos contornos.
El caso es que nunca funcionó el Sanatorio. Nuestro noble se arruinó y fue vendiendo la enorme finca en parcelas. Hubo varias familias que habitaron la casa durante algunos años pero al poco quedo sin actividad alguna.
Y el tiempo ha realizado el resto del trabajo hasta encontrar este importante recurso cada día con menos piedras encima, con mas vegetación que come y rompe el conjunto.
Se sitúa muy cerca de la Ermita de la Virgen de las Nieves, rodeado de una bellísima plantación de castaños.
Queremos dar las gracias a D. Daniel Soleto, de Robledollano por contarnos esta y otras historias. Su tío fue Mayoral del Vizconde y en la memoria guarda estas y otras informaciones de una vida que recuerda como si fuera ayer y que ha querido compartir con nosotros.